Nuestro paso por el Salón de Gourmets de Madrid nos permitió saludar a conocidos, conocer nueva gente y, sobre todo, probar cosas nuevas e inesperadas.
Este fue el caso de la Sidra de Hielo fabricada por una empresa de tradición familiar, sobradamente conocida (y premiada) por su sidra, Sidra Cortina, pero que se atreve a desarrollar nuevos productos y nuevos sabores.
Los amantes de la sidra (entre los que me incluyo) estamos acostumbrados a su refrescante y ácido sabor… no esperéis, en este caso, esos sabores, pero no vais a echar de menos la manzana, aunque con unos toques más sofisticados y dulces.
Tino Cortina, Enólogo y propietario de Sidra Cortina, fue nuestro anfitrión en la cata que pudimos realizar de este sorprendente producto.
El Origen de la Sidra de Hielo
A principio de los años 90, en Quebec (Canadá), y gracias a sus temperaturas extremadamente frías en invierno, se comenzó a fabricar una sidra en la que el prensado de la manzana se realizaba cuando las manzanas estaban congeladas por el frío natural.
Gracias a este frío se obtienen los azúcares necesarios para el desarrollo de este nuevo producto de reconocido prestigio internacional, que lo sitúa al lado de los vinos de hielo, de origen francés, alemán y también canadiense.
En 2003, en Colonia (Alemania), Tino Cortina conoce al artífice de estas primeras sidras de hielo del mundo y, gracias a este encuentro y a la degustación de estas sidras, descubre muchas similitudes con aromas y sabores de su infancia.
Elaborando Sidra de Hielo (Crioconcentración)
Como todas las sidras, lo más importante es la selección de las mejores y más adecuadas manzanas. Las variedades y elección de su momento óptimo de maduración son esenciales para obtener la mejor calidad del producto.
La Sidra de Hielo necesita manzanas en un momento de maduración avanzando. Estas manzanas se someten al proceso habitual de selección, mayado y prensado.
El mosto obtenido se somete a un frío intenso, llegando al punto de la congelación, para –al cabo de unas semanas– proceder a su descongelación y su consecuente eliminación del agua.
El mosto concentrado comienza una fermentación de varios meses de duración, en la que se obtiene la graduación alcohólica, llegando a 12 grados.
Los azúcares también se concentran en esta fermentación, llegando a cifras superiores a los 100 gramos por litro, variando en función de la cosecha.
Pasado un año de fermentación y maduración la sidra de hielo se filtra y embotella.
Cata y Maridaje
La cata de esta sidra es muy diferente a lo que estamos habituados los asiduos a espichas u hostelería asturiana.
Se recomienda servir bien fría, en torno a 4ºC, en una copa de vino dulce tipo Sauternes. En copa se aprecia su densidad y la lágrima nos indica que estamos ante un producto dulce y untuoso. El aspecto es brillante, con marcados tonos dorados y el aroma nos trae manzanas maduras y toques cítricos.
En boca destaca su acidez y el dulzor natural mezclado con su marcado carácter frutal. El sabor es persistente y más que agradable.
La Sidra de Hielo es ideal para maridar con aperitivos, postres (no excesivamente dulces) o como final de una comida.
Un chocolate (con cierto amargor), o las tartas de frutas son ideales para degustar esta bebida.
Enhorabuena por el articulo y por lo interesante del blog
Muchas gracias!