Catando vinos de Alentejo en Portugal

Hoy vamos a hablaros de los vinos de Alentejo en Portugal. Estos vinos nos cautivaron en la última visita que hicimos al país vecino. Y es que Alentejo tiene algo especial como ya os contamos en nuestro artículo Gastroviajes: Gastronomía del Alentejo.

El Alentejo es una de las regiones vitivinícolas más importantes de Portugal. Con más del 10% de los viñedos del país, continúa destacándose como una de las  regiones preferidas por los consumidores portugueses. Se sitúa en la zona sur del país, entre la región Centro y el Algarve.
La región produce varietales portuguesas locales y extranjeras, incluidas Aragonez, Alfrocheiro, Alicante Bouschet, Castelão, Trincadeira, Touriga Nacional, Touriga Franca, Moreto, Syrah y Cabernet Sauvignon, entre los tintos, y Antão Vaz, Arinto, Roupeiro, Fernão Pires, Manteúdo, Perrum, Rabo de Ovelha, Tamarez, Trincadeira das Pratas, Viosinho, Verdelho y Chardonnay, entre los blancos.
Portugal es, de hecho, uno de los países con mayor variedad de uvas autóctonas aptas para la elaboración de vino. En total, se calcula –según distintas estimaciones (no oficiales)– que pueden existir alrededor de 500 tipos de uvas autóctonas. La principal explicación a esta gran diversidad, además de la larga historia del viñedo portugués que se remonta a siglos atrás, reside en su diversidad de climas y suelos (donde podemos encontrar granito, pizarra, mármol, arcilla, calcáreo y yeso) que, al igual que ocurre en España, da como resultado denominaciones de origen con poco o nada que ver entre si.

La producción del vino de Alentejo se divide en 8 subregiones vinícolas: Vidigueira, Granja-Amareleja, Reguengos, Redondo, Borba, Moura, Évora y Portalegre. Además, existe en la extensa llanura alentejana, un área geográfica que comprende los distritos de: Portalegre, Évora y Beja, donde se produce el Vino Regional Alentejano, concepto que abarca distintos vinos, que son fiel reflejo del Alentejo vitivinícola, con todas sus tradiciones.

Para esta cata de vino, realizada con la Asociación Riazana de Catadores de Vino, degustamos vinos de tres de las subregiones, Borba, Reguengos y Évora.

La subregión de Borba se caracteriza por tener una altitud media superior a los 400 m, constituyendo una meseta sobre la penillanura alentejana, que junto con la influencia de la Serra d’Ossa es responsable de un microclima especial. La pluviometría es superior a la media en el Alentejo central. Cuentan con noches más frescas y mañanas cubiertas de rocío que, junto con las muchas horas de sol y los veranos cálidos y secos, característicos de la región del Alentejo, influyen en el ciclo de la vid. Los suelos están basados, principalmente, en el macizo calizo, conocido como zona de mármol.
Encontramos suelos de tipo caliza roja, rodeados de parches de pizarra en el norte y esquistos negros en el sur, todos ellos con buena capacidad de almacenamiento de agua, y están muy bien drenados.

En cuanto a la subregión de Reguengos, su tradición vitivinícola viene de finales del siglo XIX cuando un alcalde decide comprar tierras a la Casa de Braganza, y  revenderlas a pequeños productores con la condición de que allí se plantaran viñas. Así, gran parte de sus plantaciones tienen más de cien años, pero es una región en constante evolución, por lo cual se siguen haciendo pruebas nuevas de adaptar varietales foráneas a esos suelos. El clima de esta región es cálido y templado y los suelos arcillosos y calcáreos.

A finales del siglo XIX, la subregión de Évora fue reconocida como una de las más llamativas y admiradas del Alentejo, hogar de muchos de los vinos más codiciados de la región. Es una de las zonas más cálidas del Alentejo y cuenta con suelos mediterráneos pardos y rojos, lo que da como resultado la producción de vinos con un buen equilibrio de acidez.

Adega cooperativa de Borba

Fundada en 1955, la Adega de Borba fue pionera en el relanzamiento de la producción de vino en el Alentejo. En la década de los 80 logró el prestigio nacional que aún disfruta y que ha redundado en un importante beneficio para los productores asociados. Con una nueva bodega construida en 2014, equipada con tecnología de última generación, elabora una amplia gama de vinos y brandies, además de vinagre y aceite de oliva.
Adega de Borba cuenta actualmente con 270 viticultores asociados que cultivan unas 2.220 hectáreas de viñedo, 70% tinto y 30% blanco.

Heredade das Servas

Trece generaciones separan a los propietarios de la Bodega Herdade das Servas de sus inicios, allá por 1667, cuando sus antepasados elaboraban el vino en grandes ánforas de barro, dos de las cuales se conservan en la bodega actual. El proyecto actual comenzó en 1998, de la mano Carlos y Luís Serrano Mira, con 350 hectáreas de viñas propias situadas entre los “concelhos” de Borba y Estremoz, algunas de ellas con más de 75 años de antigüedad, y una altitud media de 300 metros.
Según sus propietarios, en la bodega potencian las características que transmite el campo, con una mínima intervención a través de delicadas técnicas de vinificación.

Elite Vinhos

La bodega Elite Vinhos es la más moderna de las tres. En 2014, después de vender parte de su negocio, Christian Vermet y su mujer, Mary, comenzaron a buscar un nuevo proyecto para trabajar juntos. Se enamoraron del Alentejo y compraron la Herdade de Ceuta. Comenzaron con 3 hectáreas de viñedo y rápidamente se entusiasmaron con la viticultura. Se hicieron amigos del consultor de viticultura Filipe Perdiz y su mujer, Helena, quienes también son dueños de viñedos y trabajan en el campo de la enología.
Compraron más viñedos, luego una antigua nave agrícola y, en 2018, abrieron la bodega, donde se vinificaron y embotellaron los primeros vinos. En la actualidad, cuentan con 110 hectáreas de viñedos, ubicados en el entorno de la villa medieval de Monsaraz y, auqneu no producen 100% ecológico, sí que limitando el uso de pesticidas y utilizando todos los recursos existentes para maximizar la sostenibilidad.