Cada año, el tercer jueves de noviembre Francia vive un momento único: la llegada del Beaujolais Nouveau, el primer vino de la nueva cosecha. La festividad, que se celebra desde hace más de medio siglo, ha traspasado fronteras y ya está presente en más de 100 países de todo el mundo. ¿Tradición o simple campaña de marketing? Sea cual sea, lo cierto es que la celebración de la llegada al mercado de este vino joven cada vez cuenta con más adeptos.
¿Qué es el Beaujolais Nouveau?
Se trata de un vino tinto, elaborado con uvas de la variedad Gamay, que se elabora en la región de Beaujolais, en el centro-oeste de Francia, al norte de Lyon. Es un vino joven, con apenas unas semanas de fermentación, con aromas y sabores muy frutales y bastante fresco. Con estos vinos se celebraba, tradicionalmente, el final de la vendimia y se anunciaba la nueva cosecha. Con el paso del tiempo, dos denominaciones de origen (AOC, Appellation D’Origine Contrôllée), AOC Beaujolais y AOC Beaujolais-Villages, continuaron con la tradición.
En 1951, los responsables de la AOC emitieron un dictamen que prohibía la comercialización de vinos amparados por estas denominaciones antes del 15 de diciembre. Ante las protestas de los viticultores, se decidió que podrían sacar estos vinos al mercado siempre que los acompañasen de la palabra “nuevo” (nouveau). Y así fue como nació el Beaujolais Nouveau.
La gran fiesta del Beaujolais Nouveau
Se estableció entonces que cada 15 de noviembre se lanzaría al mercado el Beaujolais Nouveau. La fiesta estaba promovida, sobre todo, por los restauradores. Los propietarios de los bistrôts franceses se encargaban de colgar carteles en las ventanas de sus establecimientos con la frase “Le Beaujolais Nouveau est arrivé!” (¡El nuevo Beaujolais ha llegado!), para animar al público a entrar y degustar los nuevos vinos. Y, precisamente, porque algunos años la fecha coincidía en domingo, el día de descanso de los restaurantes, en 1985 se decidió cambiar la fecha al jueves de noviembre.
En Beaujeu, capital de la región de Beaujolais, el inicio de las festividades tiene lugar la medianoche de ese tercer jueves de noviembre. La tradición es perforar un barril con un mazo para colocar un grifo y celebrar así el buen hacer de los viticultores. Antes de que salgan las botellas, todos ellos se dan cita en las bodegas de unos y otros, degustando los vinos de cada uno de ellos.
“Si cada vino nuevo es un placer único, que refleja la personalidad de cada enólogo, los Beaujolais Nouveau y los Beaujolais-Villages Nouveaux tienen una cosa en común: son vinos de verdaderos amigos, un poco extravagantes, singulares y terriblemente atractivos”, aseguran los viticultores franceses.
En las bodegas de los viticultores de la zona se pueden encontrar botellas de Beaujolais Nouveau de años anteriores. Se guardan de un año a otro para comparar añadas. Algunas de ellas se abren durante la primavera siguiente, para disfrutarlas mientras esperan el nuevo vino.
Una tradición que traspasa fronteras
La fiesta de la llegada del Beaujolais Nouveau no solo se celebra en Francia. El primer país en adoptar este día festivo fue Suiza, en la década de 1950. Le siguieron Inglaterra, Alemania e Italia., pocos años despúes Hoy en día, ya son 120 países los que importan Beaujolais Nouveaux y lo presentan en el mercado cada tercer jueves de noviembre, desde Japón a Estados Unidos, pasando por toda Europa, África, Sudamérica y Oceanía.
En Madrid, restaurantes como La Guinguette, Le Petit Prince o la Brasserie Antoinette ofrecen el Beaujolais Nouveau 2018.
En La Barraca de las Papas, este año hemos apostado por el Beaujolais Nouveau de Domaine Jean Foillard, un vino ligero y afrutado, con notas de frutos rojas, fresas, cerezas y frambuesas, que ha sido elaborado mediante un proceso de vinificación carbónica durante 10 días. Solo se han utilizado levaduras autóctonas y no se añaden sulfitos, ni se corrige la acidez, ni se chaptaliza ni se filtra.


