La región del Jura, ubicada en el este de Francia, es una joya oculta de la vinicultura mundial. Con sus 1.800 hectáreas de viñedo repartidas a lo largo de los pintorescos 80 kilómetros del Revermont, esta pequeña región ostenta una gran diversidad y originalidad en sus vinos. Los vinos de Jura destacan por su personalidad y calidad, siendo el fruto de siglos de tradición y técnicas de vinificación únicas.
Un Vistazo a la Historia Vinícola de Jura
La historia vinícola de Jura es tan rica como sus vinos. Se remonta a la época de los romanos, pero fue durante la Edad Media cuando empezó a florecer realmente, gracias al impulso de los monasterios y la aristocracia local. Sin embargo, este legado se enfrentó a una amenaza sin precedentes en el siglo XIX con la llegada de la filoxera, un pulgón destructor que devastó viñedos en toda Europa.
El renacimiento del viñedo jurásico es una historia de tenacidad y perseverancia. Los viticultores de la región se unieron para superar la crisis, replantando viñedos con portainjertos resistentes de América y reviviendo las tradiciones que definían su vino único.
A pesar de su pequeño tamaño, la región del Jura se convirtió en un símbolo de la resiliencia vitivinícola, y en 1936, Arbois se enorgulleció de ser la primera AOC reconocida en Jura, consolidando su compromiso con la calidad y la autenticidad.
Las Denominaciones de Origen Protegida de Jura
En Jura, siete denominaciones de origen protegidas (AOC) aseguran la calidad y autenticidad de sus vinos. Cada AOC ofrece un sello distintivo:
- AOC Arbois: La más antigua y extensa, famosa por sus tintos robustos.
- AOC Côtes du Jura: Con una diversidad impresionante, destaca por sus blancos, tanto tranquilos como espumosos.
- AOC L’Étoile: Conocida por sus vinos blancos de excepción.
- AOC Château-Chalon: Exclusiva para el Vin Jaune, un vino con métodos de elaboración y calidad excepcionales.
Métodos de vinificación únicos del Jura
El Jura es famoso por su crianza bajo velo de levaduras, un proceso que dota a vinos como el Vin Jaune de un carácter y aroma inigualables. Además, la técnica de pasificación de las uvas se emplea para crear el Vin de Paille, un vino dulce y afrutado de gran complejidad. También se utiliza el método de la ouillage para producir vinos blancos secos que capturan la esencia del terroir.
Variedades de uva y sus expresiones
Las cinco variedades de uva del Jura son el pilar de su diversidad vinícola:
• Chardonnay: Versátil y predominante, se utiliza en una amplia gama de estilos.
• Savagnin: Emblemática del Jura, es la estrella del Vin Jaune.
• Trousseau: Con su maduración tardía, aporta un carácter frutal y especiado.
• Poulsard: Ofrece vinos de baja graduación y gran aroma.
• Pinot Noir: Introducida desde Borgoña, aporta finura y elegancia.
El Vin Jaune: la joya de la corona del Jura
El Vin Jaune, el vino amarillo del Jura, es una maravilla de la vinicultura, una oda a la paciencia y a la tradición. La historia del Vin Jaune es casi mítica, anclada en la región de Château-Chalon, donde se ha producido desde la Edad Media. Aunque su producción se extendió a las AOC Arbois, L’Étoile y Côtes du Jura, es en Château-Chalon donde el Vin Jaune encuentra su máxima expresión.
El Vin Jaune se elabora exclusivamente con la uva Savagnin, resistente y adaptada al clima frío del Jura. Las uvas se vendimian tarde, cuando están completamente maduras, y luego se fermentan lentamente. El verdadero alquimista detrás de este vino es el tiempo. El vino se almacena en barricas de roble, donde comienza una transformación mágica. No se llenan completamente, permitiendo que el aire interactúe con el vino y forme el velo de levaduras que es esencial para su desarrollo.
Durante un mínimo de seis años y tres meses, el vino madura bajo este velo, protegido de la oxidación total, adquiriendo una complejidad de sabores y aromas que van desde las nueces y la mantequilla fresca hasta las especias exóticas y las notas de sotobosque. El resultado es un vino de una intensidad y un carácter que casi desafían la descripción, con una capacidad de envejecimiento que puede superar fácilmente varias décadas.
El Vin Jaune se embotella en una botella única, el clavelin, que es más pequeño que una botella estándar de vino, con una capacidad de 62 centilitros. Este volumen no es arbitrario; representa lo que queda después de que el vino se ha evaporado lentamente y el velo ha hecho su trabajo durante esos años en la barrica.
Este vino no es simplemente una bebida, es una experiencia que conecta al bebedor con siglos de historia y tradición. El Vin Jaune es más que la firma de Jura; es un testimonio de la relación entre la tierra, la vid y la mano del vinicultor.
Domaine de Sainte Marie
Durante nuestro viaje a la región del Jura, decidimos visitar la bodega Domaine de Sainte Marie. Ubicada en el corazón de la región, emerge como un legado histórico que simboliza la dedicación y pasión por el vino. Con raíces que se extienden hasta el antiguo castillo de Agneaux del siglo XII, el linaje de la familia Sainte Marie d’Agneaux ha sido sinónimo de la tierra y los viñedos de Jura durante más de dos siglos.
La saga de Domaine de Sainte Marie comenzó en Montigny-lès-Arsures, donde un general del imperio adquirió el castillo y las tierras circundantes. La influencia de la familia se expandió a Saint Germain les Arlay, cerca de Chateau-Châlon, con la adquisición de una finca que hoy comprende 14 hectáreas de viñedo. Este terreno, junto con las parcelas adyacentes, conforma el corazón del ‘Domaine de Sainte Marie’
Hoy en día, el Domaine de Sainte Marie está en las manos de Bertrand de Sainte Marie, su hijo Gaëtan y el enólogo Nicolas Cottier. Este trío de visionarios del vino se ha dedicado a preservar la herencia vinícola a la vez que integran prácticas contemporáneas. Su objetivo es claro: producir vinos de alta gama que reflejen la singularidad de las AOC ‘Côte du Jura’ y ‘L’Etoile’, con la futura inclusión de Arbois gracias a los viñedos de Montigny.
Con una producción anual de 60.000 botellas, Domaine de Sainte Marie no solo se enfoca en la cantidad sino en la excelencia. El 55% de sus vinos se elaboran con la variedad Savagnin, el alma del Vin Jaune; el 25% con Chardonnay, que aporta elegancia y versatilidad; y el 20% restante con variedades tintas, que añaden complejidad y carácter.
Además, la bodega ha adoptado un enfoque agroecológico, con prácticas que minimizan la intervención humana y maximizan la sostenibilidad. Las ovejas pastan entre los viñedos, un método natural para el mantenimiento de los suelos, y se encuentran en el proceso de obtener la certificación Ecológica, destacando su compromiso con la protección ambiental y la calidad.
Una etiqueta que cuenta una historia
Cada botella del Domaine de Sainte Marie lleva consigo no solo el vino sino también la historia familiar. La etiqueta ostenta el escudo de los Sainte Marie d’Agneaux y su lema “Fidelis, fortisque Simul”: fieles y fuertes a la vez. Es un recordatorio constante de la fortaleza y la lealtad de la familia a la tierra, a las tradiciones y a cada amante del vino que descubre sus creaciones.