Esta semana, nos hemos venido a Olmedillo de Roa (Burgos), a conocer una antigua nave de cereal reconvertida en bodega, donde se elabora un vino que no deja indiferente a nadie: Pagos de Matanegra.
Nos recibe José Luis, uno de los dueños de la Bodega Pagos de Matanegra, y nos comenta que su socio César no nos puede acompañar porque está preparando su viaje a EE.UU. para presentar allí sus vinos.
Entramos y nos encontramos con una bodega pequeñita, con sus depósitos, sus barricas, su embotelladora, bombas, etc., todo ello colocado todo como un “tetris”, y allí, copa en mano, nos disponemos a catar, de la mano de este hombre de mirada franca y claro como el agua.
La primera frase que sale de su boca es “aquí el vino se hace en la viña”, un viñedo de 15 hectáreas del que se extraen 2 kg de uva por cepa, unos 60.000 kilos de uva al año y, por lo tanto, unos 40.000 litros de vino, bajo la técnica de biodinámica natural, con una poda en seco y verde por ciclos lunares, todo 100% Tempranillo.
Por lo tanto, podríamos decir que la producción es limitada, de vinos monovarietales, con las uvas seleccionadas directamente desde el viñedo de sus cepas viejas de Tempranillo.



Catamos los vinos
Y catamos el vino, directamente de la barrica, empezando por lo que han vendimiado en 2015 y que lleva en barrica, aproximadamente, entre mes y mes y medio. Es entonces cuando empezamos a darnos cuenta de lo que pueden dar de sí estos vinos.
Nos acercamos a un depósito en el que reposa, ya para ser embotellado después de su paso por barrica, el “Vendimia Seleccionada 2014”. Nos lo acercamos a la nariz y… ¡es espectacular! Elegantísimo, fruta madura, especiado, mineral, de boca untuosa, mucha estructura y larguísimo. Todos pensamos lo mismo… ¡y todavía se tiene que redondear en botella!



Seguimos con un caldo de barrica que va para crianza de 2015, un vino muy mineral, con mucha redondez y menos estructura que el anterior pero con mucha persistencia, que promete mucho. Lo volveremos a catar en unos dos años, cuando ya se encuentre embotellado.
“Vendimia Seleccionada 2013”, aún sin embotellar, muy mineral, con mucha intensidad aromática, con una boca increíble, untuosa, estructurada, redonda… Habrá que ver la evolución en botella de este vino en una añada muy, muy complicada, según nuestro amigo José Luis.

Y, cuando ya nos íbamos, vemos una tinaja de barro. Le preguntamos si contiene algo y nos dice que sí, que aproximadamente 700 litros de vino joven de 2015. Catamos y, una vez más, ¡nos sorprendemos! Fresco, afrutado, una Tempranillo de libro, ciruelas negras de la Ribera de Duero…
Es un lujo, al alcance de muy pocos, poder conocer a personas como José Luis, que disfruta de su viña, de sus vinos y de su trabajo, y disfrutar de su conocimiento y de su compañía.
Por cierto, estamos de acuerdo con él, el vino se elabora en la viña, pero también hace falta amor, como el que él le da a sus cepas, como si fuesen tus hijos, porque las empresas las hacen las personas y en la suya sobra de todo: trabajo, cariño y, sobre todo, grandísimos vinos en una Ribera de Duero donde muchas veces la cantidad prima sobre la calidad. Muchas gracias, ¡volveremos!
Me hubiera gustado acompañados y catar esos vinos aunque yo no entiendo mucho de este tema. Si Mª Jose dice que son buenos, dónde hay que firmar?