La tradición de los mercados navideños en Centroeuropa se remonta, en algunos casos, hasta la Edad Media y son un espectáculo que merece la pena visitar. Los puestos con adornos de Navidad, artesanía y gastronomía típica de cada región se dan cita, tanto en grandes ciudades como en los pueblos más pequeños. Nosotros nos hemos desplazado hasta la región francesa de la Alsacia y la ciudad alemana de Frankfurt para conocer sus tradiciones más típicas, como la del vino caliente, una bebida que reconforta el cuerpo y el alma, sobre todo con las bajas temperaturas que acostumbran a sufrir por aquellos lares.
Llamado “Vin chaud” –en Alsacia– o “Glühwein” –en Alemania–, el vino caliente es una mezcla de vino y especias que, como su propio nombre indica, se toma caliente. Cada ciudad tiene su receta propia y cada mercado navideño cuenta con su vaso característico, ya sea de plástico o de cerámica, para degustarlo. Nosotros hemos querido comprobar las diferencias entre unos y otros y el resultado ha sido… ¡una bonita colección de vasos que nos quedarán de recuerdo de este viaje!

Alsacia, vino caliente blanco y tinto
Según aseguran los franceses, la tradición de unir vino y especias se remonta a la época romana. Las especias ayudaban a retrasar la oxidación del vino, así que, en cierto modo, era un método de conservación. Más tarde, en la Edad Media, comenzaron a aparecer nuevas recetas, más azucaradas y con nuevas especias, como el clavo y la canela. La costumbre de calentar el vino llegó un poco más tarde, procedente de los países del norte y el este de Europa. Hoy en día, es una costumbre arraigada en países como Francia, Alemania o Austria.
La receta más tradicional del vino caliente se prepara con vino tinto, al que se añaden cítricos, como naranja o limón, especias, como la canela, y se pone a calentar (sin que llegue a hervir). Sin embargo, cada región tiene su propia receta, con pequeñas variaciones. En algunas ciudades, como Estrasburgo –la capital alsaciana– añaden miel y la mezcla resulta más dulce. En otras zonas de Alsacia, como Obernai o Colmar, elaboran una receta usando los vinos blancos de la zona (pinot gris, pinot blanc, sylvaner, gewürzstraminer o riesling). También suelen añadir anís estrellado y nuez moscada.
Receta del vino caliente
Si queréis hacerlo en casa, esta es la receta del vino caliente o “Vin chaud” alsaciano:
- 2 botellas de vino tinto (mejor un vino joven, que no tenga mucho cuerpo) o vino blanco de alguna variedad de Alsacia
- 1 naranja
- 150 g de azúcar
- 1 limón (opcional)
- 2 clavos de olor
- 4 anises estrellados
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 rama de canela
- 40 cl de agua

Se corta la naranja en rodajas, con piel y se pone en una cazuela, junto con el vino, el azúcar, las especias y el agua. Si te gusta el sabor cítrico, puedes añadir también el limón (o solo la piel). Se deja a fuego suave durante unos 20 minutos, con cuidado de que no rompa a hervir. Se cuela antes de servir.
Alemania: vino, ron y manzana
Los vinos calientes tradicionales que podemos encontrar en los mercadillos alemanes son bastante similares a los alsacianos aunque, como decíamos, “cada maestrillo tiene su librillo”. La base, una vez más, la constituye el vino tinto, la canela, el limón, el clavo y el azúcar. A partir de aquí, encontramos recetas con cardamomo, jengibre, pimienta de Jamaica, nuez moscada o, incluso, un chorrito de licor de kirsch.
En algunas ciudades, como Frankfurt, encontramos otra variedad, el feuerzangenbowle. Este ponche caliente se prepara en una olla de gran tamaño, a la que se añade vino tinto, clavos de olor, ramas de canela, y rodajas de naranja y limón. Lo curioso de la preparación de esta bebida es el “feuerzange” (feuer: fuego; zange: pinzas), una especie de pestaña metálica perforada con agujeros que soporta el cono de azúcar sobre la olla. Sobre el cono se vierte ron oscuro y se enciende, de modo que el azúcar se va fundiendo y cae, a través de los agujeros, sobre la mezcla. Una vez preparado, se puede añadir un poco más de ron.

Por último, para los menos amantes del vino, en Alemania podéis disfrutar del “Apfelwein”, o vino de manzana, para entrar en calor, muy popular en Frankfurt y sus alrededores. Se elabora con sidra y agua, a la que se añade azúcar, un poco de canela, clavo y rodajas de limón. Se sirve en vasos de cristal cortados al diamante denominados «Gerippten».
Soy amante del vino, pero nunca me he atrevido a probarlo caliente… y este año mi intención es hacerlo a ver que tal 😉