Japón es un país que despierta los sentidos. Desde los rascacielos relucientes de Tokio hasta los templos serenos de Kioto, cada ciudad ofrece una experiencia única, no solo visual, sino también gastronómica. Hace unos meses tuvimos la suerte de visitar el llamado “País del Sol Naciente” y sumergirnos en su rica cultura culinaria, explorando desde los platos más icónicos hasta las delicias escondidas en los rincones de las izakayas, los bares tradicionales japoneses. En este artículo, te acompañamos en un recorrido por algunos de los platos más emblemáticos de la gastronomía japonesa: el sushi, el ramen, los takoyaki, el okonomiyaki y la tempura.
En próximas entregas te hablaremos de sus carnes, encurtidos o de los menús especiales que se sirven en los tradicionales Ryokan.
Sushi: el arte de la simplicidad y la frescura
La gastronomía japonesa es inabarcable, pero si hay un plato que ha traspasado fronteras es el sushi. En realidad, es mucho más que un plato; es una expresión cultural que combina técnica, frescura y estética. Aunque el nigiri sushi (pescado sobre arroz) y el maki sushi (rollos de arroz y pescado envueltos en alga nori) son los más conocidos, existen otras variedades como el sashimi (pescado crudo sin arroz) y el temaki (conos de alga rellenos de arroz y pescado).

En Japón puedes disfrutar de experiencias únicas en torno a este plato, como los Kaitenzushi (sushi de cinta), restaurantes en los que los platos de sushi viajan en una cinta transportadora frente a los comensales, quienes pueden tomar lo que deseen. Algunos de ellos permiten pedir platos personalizados a través de una pantalla táctil.
No os podéis perder la experiencia del sushi en vivo, más asociada a restaurantes de alta gama, aunque, teniendo en cuenta los precios de los restaurantes en el país nipón, perfectamente asequible a todos los bolsillos. En estos establecimientos, los chefs preparan el sushi frente a ti, lo que permite, no solo comprobar la habilidad del chef, sino también interactuar con él y aprender sobre los ingredientes.
Y si buscas algo más exclusivo, apuesta por el Sushi Omakase, restaurantes donde el chef elige los platos por ti, creando una experiencia personalizada basada en los ingredientes más frescos del día. Es una opción ideal para los amantes del sushi que buscan algo especial.
Ramen: un tazón de confort y sabor
Y si hablamos de platos emblemáticos, el ramen no se queda atrás. Este humilde tazón de fideos en caldo es mucho más que una simple sopa; es una experiencia culinaria que combina sabores profundos, texturas variadas y una historia fascinante.

El ramen es un plato de fideos servidos en un caldo sabroso, acompañado de diversos toppings como carne (generalmente cerdo), huevo marinado, algas nori, cebolla verde y brotes de bambú. Aunque su origen se remonta a China, el ramen se ha convertido en un ícono de la gastronomía japonesa, con variaciones regionales que lo hacen único en cada lugar. Se compone de cuatro elementos clave que definen su sabor y estilo:
- Caldo: La base del ramen, que puede ser de cerdo (tonkotsu), pollo, pescado o vegetales. El caldo se cocina durante horas, a veces incluso días, para extraer todo el sabor.
- Fideos: Los fideos de ramen son de trigo y varían en grosor, forma y textura. Pueden ser rectos, rizados, finos o gruesos, dependiendo del estilo.
- Tare: La «salsa» que condimenta el caldo. Puede ser de soja (shoyu), miso, sal (shio) o huesos de cerdo (tonkotsu).
- Toppings: Los acompañamientos que completan el plato, como el chashu (cerdo asado), huevo marinado (ajitsuke tamago), nori, menma (brotes de bambú fermentados) y cebolla verde.
Existen diferentes tipos de ramen: Shoyu Ramen, elaborado con una base de salsa de soja, que es el más común en Tokio y tiene un sabor equilibrado y ligeramente salado; el Miso Ramen, originario de Hokkaido, que utiliza pasta de miso para darle un sabor profundo y ligeramente dulce, perfecto para los fríos inviernos; el Tonkotsu Ramen, proveniente de Fukuoka, caracterizado por su caldo cremoso hecho de huesos de cerdo cocidos durante horas; el Shio Ramen, con una base de sal, más ligero y transparente, ideal para quienes prefieren sabores sutiles; o el Tsukemen, un estilo en el que los fideos se sirven separados del caldo, que es más concentrado y en el que hay que mojar los fideos en el caldo antes de comerlos.
Takoyaki: las bolas de pulpo que conquistaron Osaka
El takoyaki es uno de los platos más consumidos de la comida callejera japonesa, especialmente en la región de Kansai, donde Osaka es su epicentro. Estas pequeñas bolitas de masa rellenas de pulpo son crujientes por fuera, suaves por dentro y están cargadas de sabor.
Como decimos, se trata de bolitas de masa hechas con harina, huevo y dashi (caldo de pescado), rellenas de trozos de pulpo, jengibre encurtido y cebolla verde, que se cocinan en moldes especiales con forma de hueco, lo que les da su característica forma redonda. Una vez listas, se sirven calientes, cubiertas con salsa takoyaki (similar a la salsa Worcestershire), mayonesa japonesa, copos de bonito (katsuobushi) y alga nori.
El takoyaki tiene sus raíces en Osaka, donde fue creado en la década de 1930 por Tomekichi Endo, un vendedor de comida callejera. Inspirado por el akashiyaki, un plato similar de la región de Hyogo, Endo decidió crear una versión más accesible y fácil de comer. El takoyaki rápidamente ganó popularidad en Osaka y se convirtió en un símbolo de la ciudad. De hecho, uno de los mejores sitios donde degustarlo es el gastronómico barrio de Dotombori de esta ciudad japonesa.

Okonomiyaki: la "pizza japonesa" con dos estilos únicos
El okonomiyaki es uno de los platos más versátiles de la gastronomía japonesa, especialmente en las regiones de Osaka e Hiroshima. Este plato, que se podría describir como una mezcla entre tortilla, crepe y pizza, es una delicia que combina ingredientes variados y se cocina en una plancha caliente. Su nombre, «okonomiyaki» (お好み焼き), significa «cocinado a la parrilla como te gusta», lo que refleja su naturaleza personalizable.

Se elabora con una base de masa de harina, agua, huevo y repollo, al que se le pueden ir añadiendo ingredientes como carne (generalmente cerdo), mariscos, queso o lo que se te ocurra. Se cocina en una plancha caliente y se sirve con una variedad de toppings, como salsa okonomiyaki (similar a la salsa Worcestershire), mayonesa japonesa, copos de bonito (katsuobushi) y alga nori.
El okonomiyaki tiene sus raíces en la cocina japonesa del período Edo (1603-1868), pero su forma actual se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los ingredientes escaseaban y la gente buscaba formas creativas de alimentarse. En Osaka, el okonomiyaki se convirtió en un plato popular y accesible, mientras que en Hiroshima evolucionó hacia un estilo único con capas de ingredientes.
Aunque admite multitud de ingredientes, podemos hablar de dos estilos principales: el Osaka-style, donde todos los ingredientes se mezclan antes de cocinarse, creando una textura uniforme; y el Hiroshima-style, en el que los ingredientes se cocinan en capas, con fideos yakisoba como base, lo que lo hace más sustancioso.
Tempura: la fritura ligera y elegante de Japón
Una masa crujiente, ligera y delicada que envuelve mariscos, pescados o verduras que, a diferencia de otras frituras, su técnica busca resaltar los sabores naturales de los ingredientes, creando un equilibrio entre textura y sabor… Hablamos, cómo no, de la tempura. El resultado es una capa exterior dorada y crujiente, con un interior tierno y jugoso. Se sirve con una salsa ligera llamada tentsuyu (mezcla de dashi, mirin y salsa de soja) y se acompaña con rábano daikon rallado o jengibre fresco.

Aunque hoy es un símbolo de Japón, la tempura tiene raíces portuguesas. Fue introducida en el siglo XVI por misioneros portugueses en Nagasaki, quienes preparaban un plato llamado peixinhos da horta (literalmente, «pececitos del huerto»), consistente en verduras fritas. Los japoneses adaptaron la técnica, refinándola con ingredientes locales y métodos de cocción que priorizan la frescura y la estacionalidad.
Y hablando de frituras… el Tonkatsu (cerdo empanado frito) y el Karaage (pollo rebozado en harina y almidón frito) son dos de las más conocidas, junto a la tempura, pero para conocer sus secretos tendréis que esperar a la segunda parte del artículo sobre la gastronomía japonesa. ¡No os lo perdáis!